No hay duda de que la tecnología de la información dará forma al futuro de la humanidad, pero ¿quién puede decir cómo afectará a los amigos peludos (y no tan peludos) del hombre?
Algunas mascotas ya han tenido experiencias positivas con tecnologías que los humanos utilizan habitualmente. A continuación se muestran siete tecnologías que los animales pueden utilizar.
7. Videollamadas
Los loros charlatanes ayudan a sus dueños a no sentirse solos, pero ellos mismos pueden aburrirse sin sus compañeros. En la naturaleza, los loros son aves sociales que viven en grandes bandadas.
En 2023, científicos de la Universidad Northeastern de Boston, la Universidad de Glasgow y el Instituto Tecnológico de Massachusetts abordaron el problema de la soledad de los loros. Para ello, los dueños de 18 loros enseñaron a sus mascotas a realizar videollamadas en dos semanas.
Después de ver más de 1.000 horas de metraje, los investigadores se sorprendieron de lo inteligentes que resultaron ser los loros. Los pájaros se dieron cuenta de que su compañero de videollamada no era una imagen ni una grabación previa. Muchos loros llamaron varias veces al mismo amigo. Algunos cantaron, jugaron y mostraron sus juguetes, mientras que otros mostraron sus habilidades para volar y buscar comida.
6. Podcasts para perros
En 2023, incluso los mejores amigos del hombre tendrán un podcast especial diseñado para calmarlos cuando sus dueños no están. Alex Benjamin, psicólogo de la Universidad de York, ayudó a crearlo. Realizó un estudio llamado "Who's the Good Boy" que examinó los efectos de las voces humanas en el comportamiento de los perros. Benjamin utilizó sus hallazgos para realizar consultas sobre la creación del "Podcast favorito de mi perro" en Spotify.
En el podcast, los actores elogian a los perros y les cuentan historias con voces suaves acompañadas de música suave.
5. Comederos para animales con IA
Aunque los comederos automáticos para mascotas existen desde hace mucho tiempo, se está desarrollando una nueva generación de prototipos utilizando la última tecnología. Por ejemplo, un vídeo de YouTube publicado en abril de 2023 muestra un producto llamado Companion que utiliza IA para alimentar, comunicar e incluso entrenar perros.
Los datos que recopile el dispositivo sobre la rutina diaria y hábitos de los perros permitirán al propietario recibir alertas tempranas sobre problemas de salud graves que pueda tener la mascota.
El lanzamiento de Companion está previsto para 2025
4. Transmisión de música para gatos
Resulta que a los gatos les gusta la música. Por supuesto, escrito especialmente para ellos. En un estudio realizado por psicólogos de la Universidad de Wisconsin, se comparó música para gatos compuesta recientemente con un par de piezas clásicas. Y resultó que los gatos claramente reaccionan solo a la música para gatos y no reaccionan en absoluto a la música clásica.
Los trabajos terminados, que incluían imitaciones instrumentales de ronroneos y maullidos de gatos, se lanzaron como álbumes y estuvieron disponibles para transmisión en línea.
3. Ver televisión
En 2018, biólogos marinos de Florida decidieron mejorar la vida de 16 delfines rescatados. Para ello recurrieron a la televisión. Y a la mayoría de los delfines les gustó esta idea, que demostraron presionando sus cabezas contra la pantalla.
Pero algunos espectadores estaban aburridos o incluso enojados, como lo evidenciaban los movimientos bruscos de la cabeza y el soplo de burbujas. El estudio encontró que, al igual que otros mamíferos inteligentes, incluidos gatos, perros y chimpancés, los delfines están interesados en las imágenes en movimiento. Además, cada delfín tiene sus propias preferencias sobre qué ver en la televisión.
2. Videojuegos simples y complejos
Un estudio publicado en 2021 encontró que los cerdos pueden jugar videojuegos sencillos. Aprendieron a asociar el movimiento del joystick con el movimiento de objetos virtuales en la pantalla lo suficientemente bien como para jugar conscientemente.
Al presionar el joystick con el hocico, movieron el cursor de la pantalla hacia una pared virtual. Al principio, los cerdos eran recompensados con comida por completar los niveles del juego. Sin embargo, los animales continuaron jugando incluso después de que el dispensador de comida se averiara. Esto podría deberse no sólo a la sensación de placer, sino también al hecho de que los experimentadores los alentaron verbalmente.
Ser derrotado en un juego por un chimpancé, ¿cómo te sientes al respecto, Elon Musk? Sí, algunos primates pueden superar a los humanos. Es cierto que solo personas pequeñas, de entre 3 y 6 años. Esto es según los resultados de un estudio de 2015 que comparó cuatro chimpancés adultos con doce niños humanos y cuatro adultos.
A los participantes en el estudio se les asignó la tarea de atravesar varios laberintos en realidad virtual, desde simples hasta complejos. En general, los animales pudieron completar los laberintos en el mismo tiempo que los niños. Y una chimpancé de 22 años superó a todos sus rivales infantiles al encontrar una salida a los laberintos más difíciles.
Los primatólogos dicen que, a diferencia de los cerdos, pero al igual que los humanos, los chimpancés son curiosos y tienen una motivación intrínseca por aprender más sobre el mundo. Con suficiente tiempo, podrían aprender a jugar juegos mucho más complejos.
1. Uso de prótesis
Curiosamente, este es uno de los estudios más antiguos de la lista. En 2011, los científicos enseñaron a los monos a usar sus ondas cerebrales para controlar una mano virtual en la pantalla de una computadora. Utilizando únicamente la actividad eléctrica de sus cerebros, dos monos rhesus controlaron eficazmente su mano e incluso sintieron la textura de los objetos en la pantalla gracias a la retroalimentación transmitida a sus cerebros.
Esta investigación tenía como objetivo beneficiar a los humanos al demostrar que un miembro artificial podía controlarse y recibir información sobre la textura de lo que tocaba, al igual que un miembro normal. Hasta la fecha, este es uno de los ejemplos más inusuales de interacción entre animales y tecnología.
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